Gameplay

Silksong supera en dificultad a Hollow Knight

Publicado el 08/09/2025 por

Hollow Knight: Silksong no se anda con rodeos: los primeros compases aprietan el acelerador, exigen más precisión y castigan la duda, dejando una sensación de secuela claramente más difícil que Hollow Knight desde la primera hora. Se nota en el daño de los jefes iniciales, la presión en 360 grados y lo pronto que el movimiento en diagonal deja de ser opcional, como señalan las impresiones hands-on de GamesRadar aquí. Todo encaja con la promesa de Team Cherry de una acción “letal y acrobática”: enemigos más rápidos, patrones más densos y un desplazamiento que pivota sobre descensos a 45 grados y decisiones rápidas, tal y como celebra el estudio en su post de anuncio en el blog oficial.

Primer veredicto sobre el terreno

Las primeras impresiones y los reportes de jugadores coinciden en los mismos puntos: enemigos tempranos y jefes iniciales que pegan de dos máscaras por golpe, de modo que los fallos pesan y curarse vuelve a ser un compromiso serio, no un salvavidas constante. La tensión sube pronto y convierte el primer bioma en un filtro real para veteranos de Hollow Knight que esperen una entrada más amable.

En resumen, esto es lo que más se repite en los testimonios iniciales:

  • El daño de dos máscaras aparece muy pronto, reduciendo el margen de error respecto a la rampa de inicio del original.
  • El plataformeo gira hacia cadenas en ángulo alrededor del clavado a 45 grados de Hornet, de modo que el pogo vertical de siempre no traslada tal cual.
  • Las arenas de jefes priorizan la presión omnidireccional y los chequeos de movilidad, forzando lecturas más rápidas y rutas más limpias.
  • Los runbacks forman parte del bucle, pero bancos y campanas acortan la iteración en cuanto se mapea la zona.

Por qué se siente más exigente

El maná de seda de Hornet alimenta tanto el ataque como la curación, así que la economía empuja a la agresión: si gastas seda para sobrevivir, tu caja de herramientas se encoge; si la inviertes en habilidades, las ventanas de curación se vuelven escasas. Ese tira y afloja eleva la dificultad base y convierte cada intercambio en un equilibrio entre ritmo y seguridad.

El mundo está afinado para la velocidad: las amenazas variadas llegan antes, las arenas favorecen el control aéreo y la cadencia de encuentros da por hecho clavados direccionales, redirecciones en el aire y castigos rápidos. El resultado es un juego que premia la decisión y el dominio de los ángulos, alejándose del “picar y reaccionar” más pausado que sostenía el arranque de Hollow Knight.

A grandes rasgos, así se traduce en el mando:

  • Un recurso único tensa las peleas y premia encadenar golpes para recargar opciones sobre la marcha.
  • La travesía centrada en ángulos obliga a reaprender espacios y timings de recuperación antes de que el juego se “abra” del todo.
  • La “acción acrobática letal” no es eslogan: la movilidad es el verbo principal, y las pruebas están diseñadas alrededor de ella.
  • Objetivos de rendimiento más altos refuerzan el toque inmediato, permitiendo ventanas más ajustadas y patrones más rápidos.

Cómo adaptarse más rápido: consejos prácticos

Ruta con cabeza, no con prisa: prioriza mapear bancos y campanas cercanos para minimizar runbacks y practica cadenas de clavados en zonas seguras hasta automatizar los 45 grados. Trata las curas como castigos garantizados, no como botón del pánico: entra a salas nuevas con seda en reserva, identifica recuperaciones largas y solo canjea cuando la lectura sea clara.

Monta builds que favorezcan el tempo en las primeras horas: movilidad y frames de recuperación suelen rendir mejor que pequeños incrementos de daño porque abren más ventanas de castigo. Si un combate te atasca, reencamina para desbloquear atajos y herramientas, y vuelve con espaciado más limpio y un colchón de estabilidad mayor.

Más contexto: diseño, comunidad y qué esperar

La apuesta de Hollow Knight: Silksong desplaza el eje del control: eleva el suelo de habilidad, pero promete un techo altísimo para quienes interioricen el movimiento angular y la gestión de seda. Es un enfoque que encaja con la evolución reciente del metroidvania moderno, donde la movilidad avanzada y el control del espacio mandan. Para la comunidad, esto apunta a un metajuego centrado en rutas con atajos tempranos, labor de laboratorio con arenas de jefes y una escena de speedrunning con mucho margen para explotar ángulos y redirecciones aéreas.

Los veteranos del original quizá tengan que “desaprender” hábitos —ese pogo vertical paciente— para abrazar decisiones más valientes y commits más largos. A cambio, el juego responde con una sensación de fluidez nítida: si el jugador mantiene el ritmo, Silksong lo multiplica con arenas que premian lectura rápida y ejecución limpia. Y con unos encuentros diseñados para ventanas ajustadas y patrones más veloces, dominar el nuevo tempo no es opcional: es el corazón de su identidad jugable.

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